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martes, 27 de noviembre de 2012
FACTORES DE RIESGO
Uno de los primeros elementos de riesgo es la propia presencia de las drogas en
el entorno, es decir, su accesibilidad, su visibilidad y su disponibilidad. Se sabe que
cuanto más fácil resulta conseguir las drogas más aumenta su consumo, lo que
explica que el consumo de las drogas legales sea mayor que el de las ilegales.
Parte de las iniciativas en prevención se dirigen precisamente a limitar la presencia
de las drogas en el entorno. Para el caso del alcohol y el tabaco, se reducen los
espacios para su consumo, se limita su publicidad, se aumenta el precio y se eleva
el límite de edad mínimo para poder adquirirlos. En el caso de las drogas ilegales es
la acción policial la que trata de influir en estos aspectos, tanto a través de Planes
Operativos específicos dirigidos al tráfico minorista (los llamados “camellos”),
como mediante Grandes Operaciones contra el narcotráfico internacional. En este
ámbito, España desempeña un papel destacado. De hecho, en 2006 ocupó el tercer
lugar en incautaciones de cocaína en el mundo, por detrás de Colombia y Estados
Unidos y el primer lugar en incautaciones de cannabis en la Unión Europea.
La existencia de un entorno social donde el tráfico de sustancias sea visible, facilita
el acceso de los menores al consumo. La puesta en marcha de los planes operativos
desarrollados por la Secretaría de Estado de Seguridad, en colaboración con los
directores y profesores de centros educativos, con las asociaciones de madres y
padres de alumnos, y con los empresarios del ocio, han conseguido reducir el
tráfico minorista y el consumo de drogas en centros educativos y su entorno, al
igual que en locales y zonas de ocio y diversión.
Por otro lado, la actitud de la sociedad hacia las drogas es también determinante,
ya que la aceptación social del consumo es un importante factor de riesgo y el
rechazo social una de las barreras más eficaces. A veces, la aceptación se ve
favorecida por una falsa imagen de inocuidad de las drogas que no coincide con
la realidad.
Algunos valores como vivir al día y la búsqueda de placer a toda costa, prevalentes
en la sociedad actual, suponen un factor de riesgo y fomentan la idea de vivir
el presente y la necesidad de recibir gratificaciones inmediatas, y restan valor al
esfuerzo y las metas en el medio y largo plazo.
El consumo de drogas por parte de los padres, o situaciones de conflictividad
familiar, donde la ausencia de habilidades educativas están presentes, pueden ser
elementos predictores del consumo de drogas en los hijos.
Además, aún cuando no existan circunstancias que favorezcan el consumo, la
adolescencia es en sí una etapa de especial vulnerabilidad frente a las drogas.
La búsqueda de uno mismo, las ganas de construir la propia personalidad y de
experimentar cosas nuevas, el sentimiento de invulnerabilidad, la necesidad de
sentirse integrado en el grupo (¡la presión del grupo es uno de los más importantes
factores de riesgo!) y la falta de habilidades para resistir a las presiones de los
amigos, son algunos de los elementos que favorecen la experimentación con este
tipo de sustancias. La disponibilidad económica y la ausencia de normas se han
mostrado también como factores de riesgo.
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